Sueño un hombre que al alba se levante
y se lave los ojos con rocío,
que, palmo a palmo, labre su baldío
bajo un sol de justicia y sude y cante.
Sueño un hombre – simiente que se plante
y que brote hombre – espiga cada estío,
un hombre ardiendo en sed y siendo río,
que crezca ante el dolor, que se agigante.
de cara a Dios. Bajo la noche santa,
oigo latir su corazón fecundo.
Hombre que sueña, flor, rama de oliva.
Dentro del surco la semilla canta,
fiel promesa de amor y paz viva.
(Dichoso quien repasa faena hecha....
Dichoso el que al sombrero le dá planta...
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Antonio Murciano
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